Hoy os presento una tarta sin horno muy fácil de hacer, aunque no por eso deja de ser un buen postre. Hay veces que nos complicamos demasiado con platos muy elaborados cuando tenemos a nuestra disposición una infinidad de propuestas que se pueden hacer en un momento, como es el caso de esta tarta. Tiene un marcado sabor a yogurt y una textura muy cremosa. Os la recomiendo especialmente a aquellos que os cuesta un poco meteros en la cocina para hacer un postre.
Las cantidades que os voy a dar son para un molde de unos 25 cm., aunque yo esta vez he decidido hacerla en moldes individuales y también he cambiado el yogurt natural por yogurt con frutos secos.
Ingredientes:
-200 gr. de galletas tipo María
-80 gr. de mantequilla
-500 gr. de yogurt natural tipo griego
-250 ml. de nata líquida
-4 cucharadas de azúcar
-4 hojas de gelatina neutra
-Papel de horno
Preparación:
Ponemos las hojas de gelatina a hidratar en agua fría.
Forramos un molde desmontable con el papel de horno.
Trituramos las galletas hasta que estén hechas polvo y reservamos.
Fundimos la mantequilla y la mezclamos con las galletas para hacer la base de la tarta. Cubrimos el fondo del molde con esta pasta y lo metemos en la nevera unos 10 minutos aproximadamente.
Ahora ponemos en un cazo el yogurt, la nata líquida y el azúcar. Lo calentamos un poco y añadimos las hojas de gelatina, escurridas y de una en una, removiendo bien hasta que se disuelvan. Cuando todo este bien mezclado lo ponemos en el molde y lo metemos otra vez en la nevera, durante unas dos horas, hasta que este bien cuajado.
Podemos decorar la tarta de yogurt con lo que más te guste, fruta, mermelada, frutos secos o copos de cereales.
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