Es una receta que tenéis que probar porque seguro que no os arrepentís. Sorprenderéis a todos con un postre diferente que está realmente delicioso.
Coged papel y lápiz y vamos con la receta...
Ingredientes:
-1 kg de calabaza
-250 gr de queso Mascarpone
-200 ml de nata líquida
-125 gr de azúcar
-200 gr de galletas María
-25 gr de cacao en polvo
-60 gr de mantequilla
-7 hojas de gelatina neutra
-1 cucharadita de canela en polvo
-1/2 cucharadita de nuez moscada
-Unos clavos de olor
-Unas nueces pecanas para decorar la tarta
Elaboración:
Comenzaremos preparando la base de la tarta.
Para ello trituramos las galletas María hasta reducirlas a polvo y las mezclamos con el cacao en polvo y la mantequilla fundida. Mezclamos bien hasta obtener una pasta con la que forraremos todo el fondo de un molde desmontable. Metemos el molde en el frigorífico y reservamos.
En un mortero machacamos bien los clavos de olor y los mezclamos con la nuez moscada y la canela. Reservamos.
Ponemos a hidratar las hojas de gelatina en agua fría.
Pelamos la calabaza, la limpiamos bien y la cortamos en trozos no demasiado grandes. Ahora la cocemos o la hacemos al vapor hasta que esté tierna.
Si la hemos cocido la escurrimos bien y la trituramos, aún caliente, hasta obtener un puré de calabaza.
Volvemos a meter el molde en el frigorífico y la dejamos cuajar hasta el día siguiente. Estas tartas sin horno están más buenas de un día para otro.
Sacamos el cheesecake de calabaza del frigorífico, lo desmoldamos y lo decoramos con unas nueces pecanas.
¡Espero que os guste!